Esperate un poquito....
Un codicioso estaba hablando con Dios y le pregunta: Dios, ¿cuánto es para ti un segundo?
Y Dios le contesta: Mil años.
¿Y un centavo? Mil pesos.
Luego el codicioso le responde: Entonces, regálame un centavo.
¡Espérame un segundo!