
La revista explicó que el artista Barry Blitt quiso "satirizar en la portada el uso de tácticas de miedo y de desinformación utilizadas en la campaña electoral para provocar que descarrile la campaña de Obama".
Sin embargo, el entorno de Obama no ha visto la gracia detrás de la caricatura, que muestra al senador afroamericano y su esposa en un salón en el que cuelga un cuadro de Osama bin Laden.
En el fondo, arde una bandera estadounidense en una chimenea.